Freír es una técnica culinaria muy extendida en la gastronomía española. Es una forma rápida y sencilla de preparar alimentos… Y rica: unas croquetas caseras, un ’pescaíto’ crujiente o unos esponjosos churros son algunas de las delicatessen de las que nos permite disfrutar la fritura. Sin embargo, también puede ser una fuente de grasas y calorías. Por eso, es importante elegir cuál es el mejor aceite para freír, ya que esto ayudará a mantener el sabor y la textura de los alimentos, a reducir el riesgo de consumir demasiadas grasas y a mantener las propiedades de los productos.
En este sentido, en la búsqueda de cuál es el mejor aceite para freír, debes considerar diversos factores. ¿Qué aspectos debes tener en cuenta?
La importancia del punto de humo al determinar cuál es el mejor aceite para freír
El punto de humo es la temperatura a la que el aceite comienza a humear, es decir, a quemarse. A partir de este momento, el aceite se descompone y libera sustancias tóxicas. ¿Sabes ese olor rancio a fritanga o esa espuma que aparece en la sartén? Es propio de superar el punto de humo de cada tipo de aceite. ¿Y cuáles son?
Aceite |
Punto de humo |
Girasol |
234º |
Sésamo |
232º |
Canola |
228º |
Soja |
210º |
Oliva |
205º |
Aguacate |
196º |
Coco |
150º |
Fuente: Análisis de los aceites vegetales y su estabilidad en la fritura
Ten en cuenta que, en una buena fritura, el aceite debe alcanzar rondar los 180º. Por tanto, cuanto más alto sea el punto de humo, menos posibilidades de que se pueda quemar el aceite y transferir sustancias, como la acrilamida y los compuestos polares, a los alimentos. En este sentido, es importante saber que los aceites ricos en ácidos poliinsaturados se degradan con mayor facilidad que los aceites monoinsaturados, como el aceite de girasol alto oleico o el de oliva, por ejemplo.
El sabor, las propiedades y el precio también cuentan
Ahora bien, el punto de humo no el único factor a tener en cuenta a la hora de decidir cuál es el mejor aceite para freír. Así, también es importante valorar el sabor de los aceites. Hay productos con mucha personalidad, como puede ser el de coco o el de aguacate, que pueden transmitir su sabor a lo que estás cocinando. En cambio, otros, como el de girasol o el de canola, son neutros, garantizando que los alimentos conserven su sabor original.
Por otro lado, al evaluar cuál es el mejor aceite para freír, no debes olvidar las propiedades nutricionales de cada alternativa. Al sumergir los productos en aceite con altas temperaturas, estos absorben las grasas. En este sentido, cuanto menor sea la densidad del aceite, más se empapará lo cocinado. Esto es, más aporte calórico. De ahí que los aceites con altas propiedades nutritivas y densidades, como el aceite de oliva o el aceite de girasol alto oleico -ricos en antioxidantes y grasas saludables-, sean buenas opciones para aplicar la técnica de fritura.
Por último, el precio. El coste del aceite puede decantar tu elección. Y ya no se trata de una cuestión de capacidad económica, sino de la tendencia a alargar la vida útil de un aceite más caro. Una de las pautas fundamentales al freír es cambiar el aceite con cierta frecuencia; si este está a precio de oro -como puede ocurrir con el de aguacate, el de lino o el de oliva-, es probable que ‘estires’ su uso por encima de lo recomendado. Esto provocará que acabes transfiriendo las sustancias tóxicas a los alimentos.
En última instancia, la mejor manera de elegir cuál es el mejor aceite para freír es experimentar con diferentes tipos y ver cuál te gusta más. En cualquier caso, desde Coosol te proponemos probar nuestro aceite de oliva especial para frituras, un alto oleico rico en grasas monoinsaturadas que reducen la oxidación y degeneración.