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La importancia del aceite de girasol en repostería: 5 ventajas

Todos los expertos coinciden en que la repostería en una ciencia exacta, donde los gramos, las temperaturas y el orden de los ingredientes son determinantes para que el postre sea un éxito. Por eso, resulta muy frustrante dedicar varias horas a elaborar un bizcocho y que el resultado sea una masa sin esponjosidad o preparar un brownie de chocolate que quede muy seco. Lees y relees la receta buscando dónde se ha podido descarrillar el proceso, pero ¿y si la respuesta no fuera el cuándo, sino el qué? Y es que no todo el mundo sabe la importancia del aceite de girasol en reportería frente a otras grasas más conocidas.

 

¿Qué función tiene el aceite en la repostería?

Tradicionalmente se ha asociado la repostería con la mantequilla. Sin embargo, en los últimos años, los cocineros y gastrónomos de todo el mundo se han dado cuenta de que esta grasa animal puede sustituirse por otras de origen vegetal, igualando e incluso mejorando, en muchos casos, la palatabilidad del plato.

Ten en cuenta que el objetivo de la grasa aplicada al mundo dulce es ayudar a la fermentación, favorecer la aireación de los productos, añadir cremosidad y aumentar la humedad. En definitiva, aportar ese toque goloso al postre. Un objetivo que también se consigue con los aceites vegetales como el de girasol.

 

¿Cuál es la importancia del aceite de girasol en repostería?

De hecho, si empiezas a reemplazar la mantequilla o margarina por aceite de girasol en tus próximas preparaciones, notarás ciertas diferencias. ¿Qué ventajas va a aportar este ingrediente a tus platos?

Sabor neutro

Es una pena que, después de haber añadido joyas gastronómicas a la mezcla, como vainilla, cardamomo, chocolate, naranja escarchada…, los sutiles matices queden eclipsados por el potente sabor de la mantequilla o un aceite más intenso. En cambio, el aceite de girasol presenta un sabor neutro, dejando que la atención del postre recaiga sobre los verdaderos protagonistas.

Esponjosidad

El aceite de girasol en las recetas dulces consigue aportar humedad y suavidad a las masas. Haz tú mismo la prueba. Prepara la misma receta con mantequilla y con aceite. Comprobarás que el tacto de la primera será más denso, menos ligero que el de la segunda. ¿El motivo? La mantequilla contiene un 20% de lácteos y agua que favorece la consolidación de la red glutinosa y, por eso, el resultado es una miga más apelmazada. En cambio, el 100% de grasa del aceite de girasol suaviza la masa, logrando un postre más tierno y sedoso.

Siguiendo esta misma idea, incorporar aceite de girasol en la elaboración de pan es otra buena idea, pues tiene un efecto lubricante sobre la masa que impide la fuga de humedad y mejora su voluminosidad, dando lugar a hogazas crujientes por fuera y esponjosas por dentro.

Color dorado

Otra de las cualidades que refleja la importancia del aceite de girasol en repostería es que propicia el dorado final las recetas que requieran horneado. ¿Te apetecen unos bizcochos, galletas, brownies o muffins recién hechos? Con el aceite de girasol conseguirás un aspecto irresistible.

Conservación

En el caso de recetas calientes, el aceite de girasol soporta temperaturas de hasta 232º, frente a los 130ºC de la mantequilla. De ahí que sea recomendable en masas que van al horno o a la sartén, como crepes, bizcochos, rosquillas o magdalenas. Además, una vez terminada la receta, el postre se mantendrá fresco y comestible más tiempo que si has usado grasa de origen animal, ya que la presencia de agua en esta última favorece la aparición de bacterias.

Salud

Por último, no puedes olvidar que la importancia del aceite de girasol en repostería también está relacionada con los beneficios para la salud. A diferencia de la mantequilla, que contiene grasas saturadas al ser de origen animal, el aceite de girasol está compuesto por ácidos grasos poliinsaturados y antioxidantes naturales esenciales para el organismo. Por ejemplo, ¿sabías que, según los estudios, el aceite de girasol contribuye a reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre? No solo eso, también podrás preparar postres aptos para cualquier persona, incluidas aquellas con intolerancias a la lactosa o veganas.

 

¿Cuál es el mejor aceite para repostería?

Como ves, el aceite en la repostería cumple varias funciones como suavizar la masa, aportar humedad, evitar que se quede pegajosa, favorecer el dorado final, aumentar el volumen del pan, potenciar el sabor y mejorar la digestibilidad de los dulces, entre otros. Esto lo hace una excelente opción para cualquier postre que quieras preparar, con la excepción de hojaldre, donde sí juega a favor el agua que contiene la mantequilla para generar vapor y conseguir ese fino aire entre capas.

En cualquier otra receta, comprueba con tus propios ojos y paladar la importancia del aceite de girasol en reportería, tanto en platos fríos, como horneados o fritos. Eso sí, elige productos de calidad. Por ejemplo, Coosol Tradicional ha mejorado su fórmula para que los fritos absorban un 30% menos de aceite y lograr unas torrijas o churros crujientes y nada aceitosos.