Seguro que te gustan las croquetas en todas sus formas. Puedes hacerlas de arroz, de gambas, idear con boletus y foie, o incluso preparar unas deliciosas croquetas de jamón y queso camembert. Pues sin duda, estas croquetas de merluza rebozada, atún y huevo duro no te van a dejar indiferente. ¡Apúntate los ingredientes y el paso a paso de esta receta que gustará a toda la familia!
Cómo elegir una buena merluza para hacer tus croquetas
Al seleccionar la merluza ideal para unas deliciosas croquetas, busca filetes frescos y firmes, de color blanco nacarado. Evita piezas con manchas oscuras o mal olor. Al igual que pasa con los huevos (y, por si no lo sabías, te damos un truco para saber si un huevo es fresco o no) la frescura es clave, así que elige merluza recién pescada o bien almacenada en condiciones óptimas. Además, asegúrate de que no haya espinas residuales. La calidad del pescado contribuirá significativamente al sabor y la textura de tus croquetas de merluza, atún y huevo.
Cómo preparar unas croquetas con merluza rebozada, atún y huevo duro
120 Kcal
4 comensales
40 minutos
Ingredientes
1 Huevo cocido
1 lata de atún en aceite
1 litro leche semidesnatada
½ cebolla
2 filetes merluza rebozada
2 Huevos
4 cdas de aceite de oliva virgen extra (masa)
4 cucharadas de harina
Aceite de Girasol Tradicional Coosol
Caldo
Nuez Moscada
Pan rallado
Pimienta
Sal
Realización
Pon a hervir el huevo a fuego medio por un lapso de entre 12 y 15 minutos. Rompe en trozos bien pequeños la merluza y el atún. Incorpora el huevo y pica todos los ingredientes juntos en piezas minúsculas.
Pon el aceite de girasol en una sartén profunda y fríe la cebolla previamente picada en pedacitos muy finos. Una vez que esté totalmente cocinada, agrégale la harina y sigue cocinando la mezcla en el aceite por un par de minutos.
Añade a la sartén la mezcla del atún, la merluza y el huevo picados, revuelve para integrarla a la cebolla pochada y añade la leche progresivamente. Sigue removiendo la mezcla durante todo este proceso para evitar grumos. En este punto ya puedes condimentar, agrega el caldo, la pimienta, la nuez moscada y sal a gusto.
Una vez que hayas añadido todos tus ingredientes, revuelve hasta que la mezcla esté espesa, pero no maciza, ya que al enfriarla será más difícil de manipular. Si ves que la pasta está demasiado densa, puedes añadir un poco más de leche y revolver, pero con la medida de ingredientes para esta receta deberías obtener una mezcla cremosa y manejable.
Deja tu mezcla de croquetas para reposar, y una vez que se haya enfriado debes darle forma a las croquetas. Toma una porción con una cuchara y fórmalas con la mano. Si ves que la pasta está muy pegajosa, espolvoréala con un poquito de pan rallado. Una vez que estén todas listas, pásalas por el huevo y rebózalas en el pan rallado.
¡Hora de freír! Calienta aceite a fuego medio y fríe tus croquetas hasta que veas que quedan doradas. Ten en cuenta que dependiendo del tamaño que le hayas dado a tus croquetas es cuánto te rendirá la mezcla.
A medida que vayas retirando las croquetas del aceite caliente, déjalas reposar en un recipiente con papel absorbente para escurrir el exceso de aceite. Déjalas enfriar apenas y porciona tus croquetas acompañándolas con la guarnición que prefieras. | ¡A comer!